De 1 Idea al Millón: Cómo Transformar tu Vida Personal y Financiera
9 de octubre 2024
13 de octubre | Por Juan Merodio
Uno de los elementos que más influyen en el posicionamiento en buscadores es la tasa de rebote de una web. Esta métrica puedes encontrarla en Google Analytics. El único requisito es tener una cuenta en esta plataforma y vincularla a tu sitio.
La información que vas a encontrar ahí es muy valiosa para hacer seguimiento y proponer una estrategia que te lleve a conseguir un valor más óptimo. Pero, ¿qué tipo de acciones son las más idóneas a realizar para reducirla? ¿En qué consiste exactamente y por qué es tan relevante?
Estos serán los temas que resolvamos a continuación. Veremos:
Si realizas una búsqueda rápida relacionada con este término en algún buscador, vas a encontrar que, además de denominarse tasa de rebote, o tasa de rebote web, en el sector del marketing online también se le conoce como porcentaje de rebote.
La razón es que esta métrica hace referencia precisamente al porcentaje de usuarios que entraron a una página de un sitio web y salieron de la misma en un lapso de tiempo determinado.
Una tasa de rebote alta significa que el tiempo que pasan las visitas en una página es muy corto (de apenas unos segundos), y además que no navegan por otras subpáginas del sitio web.
Por el contrario, cuanto más pequeña sea la tasa de rebote, mayor será el tiempo que permanecen los usuarios en una misma página. Y la navegación que realizan por diferentes subpáginas o secciones del sitio.
Google traduce estos datos en cuestión calidad. Con lo que, si la tasa de rebote es alta, considerará que el usuario no ha encontrado contenido relevante y, por tanto, lo penalizará. Por el contrario, si es baja, entenderá que se trata de un sitio web útil para las visitas y, por tanto, lo posicionará dándole mayor visibilidad.
Como puedes imaginar, el objetivo para todo negocio o empresa es que la tasa de rebote en sus páginas sea lo más baja posible para, de este modo, logre conseguir un mejor posicionamiento de cara a sus clientes.
Antes de compartir cifras, es necesario que sepas que el valor de una tasa de rebote aceptable está sujeto, además de a la calidad del contenido de la página de destino, a la cantidad de tráfico que recibe y del tipo de sitio web (blog, página de ventas, noticiario…). Aún así, existen valores estándar que son los que vamos a abordar aquí.
¿Y cuál es la tasa de rebote aceptable? El porcentaje más óptimo está entre el 50% y el 70%. De hecho, te recomiendo que, si tus métricas son superiores a este valor, implementes acciones encaminadas a disminuirlas cuanto antes, o que cuides aquellas condiciones que las favorecen, como por ejemplo:
Ahora que sabes qué es la tasa de rebote y cuáles son sus valores aceptables, veamos cómo llegar a ellos. Esta debería ser una de las prioridades del departamento de marketing de tu empresa o negocio. Y el principal motivo es que todas las acciones encaminadas a este objetivo se traducirán en ingresos para el negocio.
Saber cómo bajar o disminuir la tasa de rebote es un trabajo que requiere tiempo y constancia.
Los resultados se reflejarán poco a poco, pero todos los esfuerzos realizados sumarán para el beneficio que se persigue. A continuación, te comparto algunas de las acciones que puedes implementar.
El peso de las imágenes es uno de los factores que más influyen en la velocidad de carga de una web. Antes de subir una, lo ideal es optimizar su peso para no ralentizarla y evitar que los usuarios la abandonen. Esto favorecerá la usabilidad de la misma y, por tanto, el interés de las visitas en seguir navegando.
Cuanto más claro sea este, más sencilla será la navegación entre subpáginas de una web. Lo más recomendado es que el menú esté situado en el top de la misma, tenga un diseño que lo haga resaltar del fondo y que cuente con unos copys que dejen claro qué va a encontrar el usuario cuando haga clic.
Al facilitar lo máximo posible la búsqueda de información relevante, es más probable que un mismo usuario acabe visitando varias subpáginas de la web.
No es lo mismo consultar un contenido que carece de estructura, en el que no se puede localizar fácilmente la información requerida o en el que el diseño no facilita su lectura, que otro que está perfectamente ordenado y que cuenta con una ayuda visual para hacerlo más atractivo.
Analiza cuál es el tipo de dispositivo que más usa tu público objetivo, y adapta tu web para facilitarles la lectura y uso de la misma. Cuanto más cómodos estén en ella, más tiempo permanecerán y menor será tu tasa de rebote.
Hoy en día, la mayor parte de las visitas se realizan desde dispositivos móviles. Si no cuentas con diseño responsive, la experiencia de usuario será negativa. Y estos preferirán abandonar y buscar otra web en la que se sientan más cómodos.
¿Entiendes ahora la importancia de llevar un control y seguimiento de tu tasa de rebote? Te animo a que vayas ahora mismo a Google Analytics y revises cuál es tu porcentaje.
En caso de que sea demasiado elevado, haz una auditoría de tus contenidos y detecta qué está ocurriendo. Según los resultados que obtengas, implementa las acciones que te acabo de compartir para reducirlo al máximo.
Juan Merodio
Juan Merodio es experto en Marketing Digital y Divulgador de Negocios Digitales (IA, Web3 y Nuevas Tecnologías). Ha fundado la empresa que lleva su propio nombre, Juan Merodio, y desde donde él y su equipo coordinan y desarrollan consultoría de negocio en Marketing y Transformación Digital para empresas en distintas partes del mundo como España, Latinoamérica, Japón, Canadá y Estados Unidos.
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